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  • Foto del escritorRosario Castellanos Figueroa

TRES INVENTORES DE REALIDAD* (1955)

La Imprenta Universitaria ha recolectado en un tomo las nueve conferencias dictadas por Jaime Torres Bodet, durante su estancia en México, en el recinto de El Colegio Nacional, en torno a tres inventores de realidad: Stendhal, Dostoievsky y Pérez Galdós. Contemplan el volumen tres ensayos más acerca del mismo tema y el discurso pronunciado por el autor el día de su recepción como miembro del Colegio antes citado.

Hablar de las excelencias del estilo de Torres Bodet ya resulta superfluo. Ha sido tan conocido como alabado dentro y fuera de nuestro país y en cada página suya se justifica la fama que corre de que el autor posee una de las prosas más limpias, directas y eficaces de nuestro idioma. Y al estilo corresponde una aguda sensibilidad que en el terreno artístico ha alcanzado sus mejores logros al señalar con acierto lo que hay de más significativo y perdurable en la obra de los creadores.

En este tomo Jaime Torres Bodet analiza la vida, la personalidad y los escritos de quienes dieron a la novela del siglo XIX una fisonomía peculiar en sus respectivos países. E ilustra sus apreciaciones con la cita oportuna de textos y con la transcripción de interesantes y poco divulgadas anécdotas.

No menos importantes son las consideraciones acerca de la libertad del escritor a quien Torres Bodet no concibe “sin la conciencia de una responsabilidad insobornable: la responsabilidad de su libertad”. Porque vive de escoger entre la serie de formas que el mundo le brinda “una solamente: la que es más suya, la que ningún otro patentaría con mayor autoridad y mayor derecho que él”. Y agrega que una de las pruebas más claras de su autonomía es la capacidad de elegir las más duras trabas, los obstáculos técnicos que comprimirían de manera más rigurosa el caudal de su ímpetu creativo. Porque a semejanza de la paloma de Kant para quien el aire es más que resistencia, vehículo, para el artista los obstáculos interiores “no sólo no envilecen su oficio, sino que son, en el fondo, la condición intrínseca de su oficio”. Concluye estableciendo el sitio del artista dentro de la integridad de una cultura y que es el mismo que los sentidos ocupan en la representación de los objetos que nos circundan.

*Jaime Torres Bodet, Tres inventores de realidad, México, Imprenta Universitaria, 1955.

Metáfora, núm. 4, septiembre-octubre de 1955, p. 39.

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